Estos materiales llevan a la siguiente reflexión:
La pieza dramática no existe per se, detrás de ella hay un dramaturgo que planea una estrategia para contar una historia; decide cómo es el escandido de la información, las necesidades de los personajes, su forma de expresarlas, los momentos adecuados para que lo hagan, la interacción entre ellos y su entorno, las estrategias de manipulación que utilizan para conseguir sus objetivos y otras tantas cosas más… Todos estos factores son necesarios para esta clase de historias, que fueron escritas para ser actuadas. Este trabajo que hace el autor es una pieza de relojería, que los intérpretes deben llevar a escena. Toda la información está ahí, en el texto.

En estos encuentros se realizarán ejercicios que permitan comprender aquello que está impreso para luego poder llevarlo al cuerpo.

Se trabajarán ejercicios que permitan a los participantes abordar los siguientes problemas:

– Entender al texto como materia.

– Configuración de correspondencia entre texto – cuerpo – pensamiento.

– La acción en la palabra.

– La forma de la palabra y su ritmo.

– Para luego adquirir la libertad expresiva que aporta el comprender las exigencias técnicas que acarrea el material.